Utilizando tecnología moderna, los científicos han limpiado la imagen y la han hecho más nítida. De este modo, la parte central oscura es más brillante y clara, y la anchura del anillo de gas luminoso es aproximadamente la mitad.
Con nuestra nueva técnica de aprendizaje automático PRIMO hemos podido maximizar la resolución del conjunto actual. Dado que no podemos estudiar los agujeros negros de cerca, el detalle de las imágenes desempeña un papel crucial en nuestra capacidad para comprender su comportamiento.
Lia Medeiros
Astrónoma del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (Estados Unidos).
El algoritmo PRIMO se basa en el principio del aprendizaje automático, que permite a los ordenadores generar reglas a partir de grandes conjuntos de entrenamiento. En este caso, analizó más de 30.000 imágenes modelizadas de alta precisión del gas de un agujero negro en acreción y, basándose en los patrones identificados, “completó” la imagen sin distorsionar el original.