Con la ayuda de peróxido de hidrógeno
Extiende el objeto sobre una superficie plana. Coloca un trozo de tela blanca limpia debajo de la mancha. Humedece un disco de algodón con una solución de peróxido de hidrógeno al 3-6% y aplícalo sobre el rastro oxidado. No hace falta que utilices algodón, basta con que viertas un poco del producto directamente sobre la mancha. Para potenciar el efecto, vierte encima un poco de bicarbonato sódico. Espera 30-60 minutos, retira los restos de la mezcla del tejido y lava la cosa con detergente.
Cómo quitar el óxido de la ropa de color
Con los tejidos de color hay que tener más cuidado y no utilizar medios con efecto blanqueador. Para las cosas de color hay maneras más suaves para deshacerse de óxido, que, por cierto, se puede utilizar para la ropa blanca.
Con zumo de limón
Exprima el zumo de un limón. Para manchas pequeñas, bastará con medio cítrico. Humedece generosamente el rastro de óxido y cubre el lugar con una gasa, doblada dos veces, o un trozo de tela de algodón. Plancharlo con una plancha caliente 2-3 veces hasta que el zumo de limón esté completamente seco. Sin embargo, ten en cuenta las peculiaridades del material y no pongas la temperatura del aparato demasiado alta para tejidos sintéticos o delicados.
Aclara con agua el lugar donde estaba la mancha. Si aún quedan restos de óxido, se puede repetir el procedimiento. Después, lava la prenda como de costumbre.
Con ayuda de tiza y glicerina
Frote la tiza blanca ordinaria hasta hacerla polvo y mézclela con glicerina a partes iguales. Aplica la pasta resultante sobre la mancha de óxido y frótala ligeramente sobre el tejido. Deja el remedio sobre la ropa durante 24 horas y después lávala a máquina o a mano con detergente.
Usar sal y vinagre
Mezcla vinagre al 9% y sal de mesa en proporciones iguales hasta obtener una papilla espesa. Aplica el remedio sobre la mancha, frotando un poco en el tejido. Al cabo de media hora, aclara la mancha con agua. Si el óxido no sale, repite el procedimiento. No olvides lavar la prenda después.
