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Qué hacer si te encuentras un oso

por Leandro Carrasco

Importante: no te acerques nunca a los oseznos. Si los ves, aléjate inmediatamente. Puede haber una hembra de oso cerca. Si te ve, puede atacarte inmediatamente porque te percibe como una amenaza para los oseznos.

Qué hacer si te ve un oso
Lo primero y más difícil es no dejarse llevar por el pánico. Recuerda que un oso sano en su hábitat rara vez ataca a los humanos. Y trata de mantener la confianza y la compostura.

El oso intenta no entrar en conflicto con criaturas grandes, así que intenta parecer más grande. Por ejemplo, levanta la mochila por encima de la cabeza. O ábrete el abrigo o la chaqueta y extiende los brazos a los lados. Si viajas en grupo, acurrúcate: puede que el animal vea la enorme silueta y decida que es mejor apartarse.

Si el oso se levanta sobre sus patas traseras, no suele ser peligroso. El oso sólo quiere ver mejor a quien tiene delante.

Para romper el contacto, muévete hacia atrás y en diagonal. Al mismo tiempo, di algo en voz alta y con confianza, haz ruido, pisa fuerte.

Pero no grite como un animal, no chille, no rechine los dientes. Sobre todo, no gruña. No es necesario que parezca un animal agresivo. Y en la criatura débil, que puede convertirse en presa, también.

Usted puede golpear una cuchara en una olla, disparar un lanzacohetes. Si tienes una pistola, también vale la pena hacer un disparo hacia arriba para hacer ruido y asustar al oso. Pero ¡nunca le apuntes! Si no eres el cazador más experimentado y no te has enfrentado antes a la bestia en un cara a cara, puedes herir al depredador. En ese caso, seguramente se abalanzará sobre ti y no podrás escapar de la pelea.

Por la misma razón, no intentes usar un cuchillo o un hacha para defenderte. Sólo conseguirás herir al animal y convertirlo en un adversario extremadamente peligroso.

Si el oso sigue moviéndose y ya se ha acercado a ti, detente. Sigue hablando en voz alta, golpeando los árboles. Pero no hagas embestidas ni movimientos agresivos y no mires al oso directamente a los ojos: es una señal para el oso de que está preparado para atacar.

Si el oso se detiene, puedes retroceder lentamente.

Pero nunca le des la espalda y salgas corriendo.

Así es como se comporta la presa, y el instinto de caza puede empujar al oso a perseguirla. De todos modos, no podrás escapar de la bestia: puede desplazarse a velocidades de hasta 60 kilómetros por hora.

El único medio de defensa fiable es el spray de pimienta. Pero cuidado: un bote normal, que puede detener a una persona, no tendrá ningún efecto sobre el depredador pardo. Lleva contigo al bosque sólo medios especiales con extracto de guindilla roja, diseñados para osos, y tenlos a mano. Son eficaces a una distancia de 5-6 metros.

Ten cuidado: si el viento sopla en tu dirección, el spray puede perjudicarte a ti, no al oso.

Qué hacer si te encuentras con un grupo de osos
Este encuentro es mucho más peligroso. Los osos pardos pueden andar en grupo durante el celo. Los machos jóvenes se comportan de forma agresiva durante este periodo y pueden arremeter contra cualquier objeto grande que se mueva.

El celo del oso dura desde la primavera hasta mediados de julio, por lo que debes tener especial cuidado en la primera mitad del verano. Es mejor no ir solo a los hábitats de los osos.

Los osos jóvenes que permanecen juntos durante algún tiempo también son peligrosos. Aún no están familiarizados con la gente, y la sensación de que no están solos puede hacerlos más activos. Esas parejas o grupos pueden intentar asaltar el campamento cuando se acampa y robar provisiones. Hay que ahuyentarlos: gritando, haciendo ruido, golpeando, disparando hacia arriba. Y no te acerques a ellos si los ves en el bosque.

Repitámoslo una vez más: ¡nunca, bajo ninguna circunstancia, te acerques a un osezno o a una osa con crías!

Estos encuentros pueden acabar en accidente: una osa no se detendrá ante nada para proteger a sus oseznos.

Qué hacer si te ataca un oso
Si se produce un ataque, lo principal es no intentar correr ni gritar.

Tírate inmediatamente al suelo. Túmbate boca abajo, o mejor, hazte un ovillo y entrelaza los dedos en la nuca. Tu trabajo es quedarte quieto y protegerte el estómago, el cuello y la cara.

Si el oso intenta tumbarte boca arriba, date la vuelta lenta y suavemente para ocultar la cara. Pero hazlo con naturalidad, como por inercia. No hagas movimientos bruscos.

Normalmente, un oso pierde interés en la lucha si ve que el enemigo ya no es peligroso. Ha cumplido su cometido: ha protegido a su presa o su territorio. Así que es probable que se marche. Pero si ve u oye que te mueves, puede quedarse o volver.

El ataque del oso siempre se detiene de repente. Tu tarea es esperar hasta que se haya alejado lo suficiente. Y entonces abandonar inmediatamente la zona peligrosa.

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